Humedecer manos y rostro con agua tibia. Aplicar una pequeña cantidad de gel sobre las manos y frotarlas hasta formar una suave espuma. A continuación masajear el rostro y cuello con movimientos circulares. Incidir, si es necesario, en zonas donde los poros estén más dilatados, para evitar su obstrucción de sebo e impurezas. Aclarar con abundante agua tibia. Se recomienda usar mañana y noche.